San Juan de la Cruz.

San Juan de la Cruz, uno de los grandes místicos y poetas del Siglo de Oro español, que junto con santa Teresa de Jesús, se considera la cumbre de la mística experimental cristiana. Dejó un legado literario y espiritual profundamente esotérico y místico. Sus obras, como «La noche oscura del alma» y «Cántico espiritual», exploran experiencias trascendentales y visiones místicas que han sido objeto de estudio y admiración a lo largo de los siglos, cuyo nombre de nacimiento era Juan de Yepes Álvarez, nació en 1542 en Fontiveros, Ávila, en una época en que la Inquisición española estaba activa y muchos judíos se habían convertido al cristianismo para evitar la persecución. Aunque no hay documentos que confirmen directamente su origen judío converso, algunos investigadores han sugerido que podría haber pertenecido a una familia de conversos debido a ciertas características de su apellido y a la realidad socio-histórica de su tiempo.

En la obra de san Juan de la Cruz se manifiesta su enfoque en el conocimiento oculto y la experiencia directa de lo divino. Sus visiones místicas no son simplemente fenómenos sensoriales, sino revelaciones profundas que transforman al individuo. A través de la contemplación y la meditación, San Juan de la Cruz accede a una realidad espiritual más allá del entendimiento ordinario. Este conocimiento es accesible solo a través de un proceso de purificación y entrega total a la voluntad divina.

Las visiones de san Juan de la Cruz son tanto personales como universales. Mientras que son el resultado de su experiencia íntima con Dios, también proporcionan una guía para otros en su camino espiritual. Estas visiones ofrecen una comprensión más profunda del amor divino y de la naturaleza de la unión mística, invitando al lector a embarcarse en su propio viaje de transformación espiritual.

Influencia cabalística en su obra

La Cábala es una tradición mística judía que se centra en la interpretación esotérica de la Torá y en la búsqueda de la unión con lo divino a través de prácticas contemplativas y meditativas. La obra de San Juan de la Cruz, con su profundo misticismo y su énfasis en la experiencia directa de Dios, comparte algunas características con la Cábala, aunque las diferencias doctrinales y contextuales son significativas.

Algunos académicos han identificado elementos en sus escritos que podrían reflejar una influencia cabalística, tales como:

El uso de simbolismo y alegoría: San Juan de la Cruz utiliza imágenes y símbolos complejos para describir la relación entre el alma y Dios, similar a cómo la Cábala emplea simbolismo para explicar las sefirot (atributos divinos) y otras realidades espirituales.

La idea de la unión mística: La unión del alma con Dios en la obra de San Juan de la Cruz tiene paralelos con la unión mística descrita en textos cabalísticos, donde el objetivo último es alcanzar una conexión profunda y directa con lo divino.

El lenguaje de luz y oscuridad: La noción de la «noche oscura del alma» y el viaje a través de la oscuridad hacia la luz divina en los escritos tiene ecos en la Cábala, que a menudo explora temas de iluminación espiritual y el balance entre luz y oscuridad.

Su misticismo y su poesía reflejan una profunda experiencia cristiana y carmelita, enraizada en la tradición católica de su tiempo. Sin embargo, las resonancias y el simbolismo en su obra, sugieren una sensibilidad hacia las corrientes místicas de su entorno cultural, incluyendo aquellas derivadas del judaísmo y la Cábala.

La noche oscura del alma

En «La noche oscura del alma», san Juan de la Cruz describe un proceso de purificación espiritual. Este texto es tanto una guía como un poema que detalla la travesía del alma desde su estado inicial de imperfección hasta la unión con Dios. La «noche oscura» se refiere a las dificultades y sufrimientos que el alma experimenta al desapegarse del mundo material y de los placeres sensuales, un proceso doloroso pero necesario para alcanzar la iluminación espiritual.

San Juan de la Cruz utiliza una serie de metáforas esotéricas para describir esta transformación. La oscuridad simboliza la purificación de los sentidos y del espíritu, donde el alma, privada de todo consuelo y certidumbre, debe confiar plenamente en la fe. Esta etapa es necesaria para que el alma pueda vaciarse de todo lo mundano y estar preparada para recibir la luz divina. La noche oscura es, por tanto, un periodo de intensa prueba, pero también de profunda esperanza, ya que lleva al alma a una relación más íntima y pura con Dios.

Cántico espiritual

El «Cántico espiritual» es una de las obras más sublimes de san Juan de la Cruz, donde se expresa la unión mística entre el alma y Dios a través de una serie de imágenes y símbolos que evocan el Cantar de los Cantares de la Biblia. Este poema es una celebración del amor divino, representado como un encuentro nupcial entre el alma (la esposa) y Cristo (el esposo).

San Juan de la Cruz utiliza un lenguaje profundamente simbólico y esotérico para describir esta unión. Las visiones que se presentan en el poema son expresiones de un amor extático y trascendental. Las imágenes de jardines, fuentes y montañas reflejan el éxtasis espiritual y la belleza de la unión divina. Este encuentro no es meramente un acontecimiento interno sino una transformación total del ser, donde el alma se funde con lo divino y alcanza una comprensión y experiencia que trascienden lo meramente humano.

San Juan de la Cruz, en su obra «Subida al Monte Carmelo», utiliza la metáfora de una escalera con diez grados o peldaños para describir el proceso de ascenso espiritual del alma hacia la unión con Dios. Este concepto puede ser comparado con la estructura de los diez sefirot en la Cábala judía, aunque con diferencias significativas en cuanto a contexto y propósito.

La Escalera Espiritual de San Juan de la Cruz

San Juan de la Cruz describe el camino del alma hacia la unión con Dios como una escalera de perfección que consta de diez grados. Cada grado representa un nivel de desapego y purificación, llevando al alma más cerca de la unión con lo divino. Aquí están los diez grados según San Juan de la Cruz:

  1. Buscar solo a Dios por encima de todas las cosas.
  2. Desear no poseer nada.
  3. Practicar una verdadera humildad.
  4. Aceptar pacientemente todas las cosas que no son de tu agrado.
  5. Renunciar a todas las cosas superfluas y materiales.
  6. No tener apego a las cosas espirituales ni a sus consolaciones.
  7. Despojarse del deseo de ser conocido.
  8. Huir de los honores y de las dignidades.
  9. Despojarse de todo deseo de cosas materiales y espirituales.
  10. Buscar solamente la voluntad de Dios en todas las cosas.

Los Diez Sefirot en la Cábala

En la tradición cabalística, los diez sefirot son emanaciones divinas que representan diferentes aspectos de Dios y de la creación. Estos sefirot son:

  1. Kéter (Corona): La voluntad divina pura y el principio creativo.
  2. Jojmá (Sabiduría): La sabiduría y la intuición divina.
  3. Biná (Entendimiento): El entendimiento y la estructura de la creación.
  4. Jesed (Misericordia): La benevolencia y el amor divino.
  5. Guevurá (Rigor o Justicia): La justicia y la restricción.
  6. Tiféret (Belleza): La armonía y la compasión.
  7. Netzaj (Eternidad): La perseverancia y la victoria.
  8. Hod (Gloria): La humildad y el esplendor.
  9. Yesod (Fundamento): La base de la conexión entre lo divino y lo material.
  10. Maljut (Reino): La manifestación de la divinidad en el mundo físico.

Aunque las diez etapas de la escalera de San Juan de la Cruz y los diez sefirot de la Cábala surgen de contextos y tradiciones religiosas distintas, es interesante comparar sus estructuras y objetivos, ambos ofrecen mapas espirituales para el ascenso del alma, resaltando la importancia del desapego, la purificación y la comprensión de lo divino.

  1. Proceso de Ascenso Espiritual:

   – San Juan de la Cruz: El ascenso espiritual implica un proceso de purificación y desapego, con el objetivo de alcanzar la unión con Dios. Cada grado de la escalera representa un paso hacia la eliminación de los deseos materiales y espirituales.

   – Cábala: Los sefirot representan las diferentes etapas y aspectos de la emanación divina. El proceso de ascenso en la Cábala implica una mayor comprensión y alineación con estos aspectos divinos, logrando una unión más profunda con Dios.

  1. Desapego y Purificación:

   – San Juan de la Cruz: El énfasis está en el desapego total de todo lo que no sea Dios, incluyendo deseos espirituales, honores y posesiones materiales.

   – Cábala: Aunque también se busca un desapego y una purificación, el enfoque está más en la comprensión y la integración de los aspectos divinos en la vida del individuo.

  1. Unión con lo Divino:

   – San Juan de la Cruz: La meta última es la unión mística con Dios, alcanzada a través de la «noche oscura» y el desapego completo.

   – Cábala: La meta es la integración y manifestación de la divinidad en todos los aspectos de la vida, alcanzando una comprensión más profunda de la creación y del Creador.

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