La magia de la serendipia.

En el rincón inesperado;
La serendipia florece;
Un hallazgo casual;
Un tesoro que acontece;
La vida teje destinos;
Danza de misterios; 
Donde la serendipia nos muestra;
Sorpresas en cautiverio.

El alquimista; 
Entre tubos y probetas;
Con pregunta inquisitiva;
Busca respuestas a sus metas;
Pero en un rincón olvidado;
Algo nuevo se desvela;
La serendipia sonríe;
Revelándole su huella;
El secreto de la piedra. 

El escritor;
Busca inspiración;
En palabras sinceras;
En un libro antiguo;
Encontró historias verdaderas;
La casualidad le guió a un relato; 
Único y genuino;
La serendipia en la literatura;
Es un regalo divino.

En el arte;
El lienzo en blanco;
La paleta en mano;
El pintor experimenta;
Colores en su mente en blanco;
Un accidente de pincel;
Un nuevo matiz brillante;
La serendipia en cada trazo;
Se convierte en una obra fascinante.

En el amor;
Dos almas cruzan sus caminos;
En un encuentro casual;
Se entrelazan los destinos;
La serendipia es un lazo;
Que el universo urde;
Un encuentro fortuito;
Una historia que se zurce.

En la música;
Una nota perdida en el aire;
El compositor la atrapa;
La convierte en baile;
La serendipia es el eco;
De melodías encantadas;
Un regalo de acordes; 
Que en el alma, se quedan plasmadas.

Así, la serendipia muestra su magia;
En cada rincón de la vida;
En cada añoranza; 
Donde los sueños brotan;
En el azar y el destino;
En la casualidad y el “ya estaba escrito”.

La serendipia es el abrazo del universo;
Como Dios permanece en el anonimato;
De su música y su concierto;
De sus poemas y sus versos;
De sus milagros y sus besos;
De su eterno amor, en silencio. 

Isabella Melo.
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