De libros antiguos y empolvados;
De caminos místicos y mágicos;
Emergen verdades cósmicas;
Con sublime claridad.

En el eco de la eternidad;
Somos universos encarnados;
De tramas divinas;
De amores, aventuras y osadías;
De sutil esencia; 
Llevamos polvos de estrellas;
En cada fibra, en cada célula.

Ascendemos montañas celestiales;
En busca de SER;
El amor es la ley suprema;
Y cada átomo lleva ese saber.

En la alquimia del alma;
El amor es la esencia;
Y en la certeza que mueve montañas;
Hallamos esa mística presencia.

Para aquellos que primero;
Leen el final del libro;
El amor es siempre la respuesta;
El final y la consecuencia;
La firma y la huella.

Nada es más real;
Que el eco de nuestra propia alma;
Que el corazón;
Donde la verdad se encarna;
Por que el reino de Dios;
Está dentro de nosotros.

La paz en el alma;
La felicidad que emana;
Aunque haya tormenta;
Es el cielo en la tierra.

Isabella Melo.