La razón no alcanza a comprender plenamente la existencia. Preguntarse por el origen de algo es un pensamiento científico, y la respuesta será científica. Mientras que la mitología intenta explicar estas realidades, la ciencia busca encontrarlas. La mitología es una forma simbólica de expresar la realidad.
La mitología consiste en relatos simbólicos que intentan explicar realidades que la mente no puede entender por completo. La mitología es profunda y busca ir más allá de lo racional mediante imágenes y símbolos.
Las mitologías trataban de explicar la realidad de la existencia, atribuyéndole imágenes y símbolos para llevar la comprensión más allá de lo racional. Buscaban la causa primera de todo, la realidad última que subyace a la existencia.
Esta forma de interpretar los mitos como explicaciones de la historia ya fue practicada en la antigüedad por numerosos autores, desde Heródoto hasta el famoso Evémero, en lo que se conoce como exégesis. Los filósofos griegos la practicaron con frecuencia, con exégesis física (que ve en los mitos realidades de orden físico) y exégesis histórica (que ve personajes y hechos históricos pero deformados).
Siempre se creyó o se tuvo la idea de que los mitos fueron compuestos por gente primitiva y fantasiosa, pero en realidad fueron creados por eruditos. Los eruditos de la antigüedad eran filósofos, geómetras, físicos, astrólogos, médicos y músicos. En algunos campos eran más ávidos que en otros, pero casi todos eran polímatas e iniciados en escuelas místicas. Por lo tanto, los mitos no son solo curiosos relatos antiguos con los que nos entretenemos, ni sirven solo de inspiración para generaciones de artistas y escritores. Son testimonios tan valiosos y llenos de información como los hallazgos arqueológicos o las fuentes escritas.
La Biblia, por ejemplo, no es un libro de historia. Es un libro sagrado que trata sobre la relación de la humanidad con Dios. En un nivel más profundo, la Biblia aborda tu relación personal con Dios.
De manera similar, otros textos sagrados como:
La Ilíada
La Odisea
El Bhagavad-gita
El Corán
Los Vedas
El Ramayana
Estos son libros sagrados, literatura sagrada. No son relatos históricos de hechos ocurridos, sino narraciones simbólicas y mitológicas. Estos textos nos invitan a explorar un mundo espiritual, místico y maravilloso, un mundo pleno que va más allá de la razón. La razón, con sus límites, a menudo nos impide ver esta realidad más profunda y trascendental.
AL PASAR DE LOS AÑOS, EL MITO MUERE Y NACE LA RELIGIÓN
Los mitos, en sus orígenes, eran relatos simbólicos creados por eruditos para explicar realidades profundas y complejas que la mente humana no podía comprender plenamente. Estos relatos utilizaban imágenes y símbolos para ir más allá de lo racional y acercarse a la esencia de la existencia. Los mitos trataban de responder a las preguntas más fundamentales sobre el origen y la naturaleza de la vida, el universo y la humanidad.
A medida que las sociedades evolucionaron, estos mitos comenzaron a estructurarse y a institucionalizarse, dando lugar a sistemas de creencias más organizados y codificados. Así, el mito, con sus interpretaciones múltiples y su riqueza simbólica, se transformó en religión, con doctrinas, rituales y prácticas establecidas.
La religión heredó el propósito fundamental del mito: proporcionar respuestas a las grandes preguntas de la vida y ofrecer un marco para entender la relación de la humanidad con lo divino. Sin embargo, al institucionalizarse, la religión también comenzó a imponer una estructura y una ortodoxia que, en algunos casos, limitaron la flexibilidad y la multiplicidad de interpretaciones inherentes a los mitos originales.
Este proceso de transición no implica que los mitos hayan perdido su valor o su relevancia. Al contrario, siguen siendo una fuente rica de inspiración, sabiduría y reflexión, tanto para la religión como para la cultura en general. Los mitos y las religiones continúan coexistiendo, cada uno ofreciendo una perspectiva única y valiosa sobre la experiencia humana y el misterio de la existencia.
NIVELES DE INTERPRETACIÓN DE LOS LIBROS SAGRADOS
- Literal (lo que vemos de manera exacta) – Esta es la interpretación superficial y directa del texto, basada en las palabras y hechos tal como están escritos. Aquí se toma el material de manera literal, sin buscar significados ocultos o simbólicos.
- Interpretación (el sentido de lo que dice) – En este nivel, se busca entender el mensaje subyacente del texto. Se reflexiona sobre el significado y la intención detrás de las palabras, considerando el contexto y la realidad del autor. Aquí se plantea: – Lo que entiendo personalmente del texto. – El sentido de la realidad del autor al escribir el texto. – Lo que creo que el texto quiere comunicar.
- Interpretación Compleja (cómo los diferentes a mí interpretan el texto)- Este nivel involucra considerar las interpretaciones de otros. Es un reconocimiento de que el prójimo puede tener una perspectiva valiosa y que su interpretación puede revelar verdades que uno no puede ver por sí mismo. Aquí se explora: – Cómo los demás interpretan el texto. – Por qué su perspectiva puede aportar una verdad que uno mismo no puede percibir.
- Secreto (lo que está oculto) – Este nivel aborda lo que ni uno mismo ni los demás pueden ver. Se refiere a los significados y verdades ocultas que están más allá de nuestra comprensión actual. Es el reconocimiento de que hay dimensiones de la realidad y de la verdad que están fuera de nuestro alcance debido a nuestras limitaciones humanas.
La comprensión de los niveles más profundos no es meramente intelectual o teórica, sino que es experiencial. Requiere preparación y la capacidad de vivir y experimentar esas verdades en lugar de solo entenderlas conceptualmente.
Este enfoque filosófico destaca la profundidad y la complejidad de interpretar los textos sagrados, subrayando que cada nivel de interpretación requiere diferentes tipos de preparación y apertura mental.
Que tu vida sea un relato mítico, una odisea llena de significado. Que cada paso sea una aventura épica. Vive de manera que cada día sea recordado, permitiendo que la vida te asombre con su infinita magia, que esta fluya libremente en tus días, desafiando lo convencional. Que tu existencia trascienda lo ordinario, trayendo la esencia del cielo a la tierra en cada acto y pensamiento.
Amen.