¿Libre albedrio o Predestinación?
Ambas. La astrología, correctamente aprendida y aplicada, no condena; más bien, establece puntos de enfoque que nos permiten navegar nuestra existencia con mayor claridad. El libre albedrío se entreteje sobre estos puntos de enfoque, permitiéndonos construir sobre el entramado de los aconteceres internos. Somos libres de actuar sobre nuestro propio universo en un campo continuo, conscientes o no de ello, y la razón de cada uno radica en la complejidad infinita de la vida y la unicidad del alma.
No existe un destino fijo; en cambio, hay posibilidades de diversos tipos que se encuentran abiertas a cada persona. Cada posibilidad contiene la energía latente para convertirse en su potencial, y los factores astrológicos describen las variedades de posibilidades disponibles. Debemos ser conscientes de que cada posibilidad puede materializarse de muchas formas y en distintos niveles de realidad. Por ello, con nuestro libre albedrío, nos convertimos en lo que escogemos ser.
El verdadero libre albedrío radica en ser conscientes del inconsciente. No podemos tomar decisiones con libertad si no reconocemos que estamos atrapados en un espacio que no nos permite ver todas las opciones. Debemos liberarnos de los condicionantes del inconsciente que nos empujan a tomar ciertas decisiones. Hay libre albedrío cuando somos conscientes y manejamos nuestra vida desde esa consciencia. Creer que tenemos libre albedrío sin haber hecho consciente el inconsciente es solo una ilusión; seguimos atrapados en los designios del destino.
En la vida, lo único que realmente necesitamos hacer es tomar decisiones con habilidad, disciplina y voluntad. Estas cualidades nos abren a opciones donde encontraremos mayor libertad. Si una persona se siente incapaz de escoger, de imponer su voluntad o de tomar el timón de su vida, se dejará arrastrar por la corriente astral. El miedo decidirá por él, y los resultados serán las consecuencias de su presente. Solo tomando responsabilidad personal hacia nosotros mismos seremos capaces de satisfacer el apetito del anhelo de generar bienestar y de acrecentar nuestra evolución como seres conscientes.
El primer y principal propósito en la vida está en sacar a la luz nuestra mejor versión, y para esto usamos la carta astral como una herramienta que nos revela nuestras cualidades innatas. La idea del libre albedrío nos invita a, con nuestra propia voluntad, explotar, nutrir y crear esa mejor versión, encontrando y desplegando todas las posibilidades en su forma más óptima y auténtica. La noción de «original» nos remonta al «origen», al momento de nuestro nacimiento. El destino nos ofrece una serie de patrones y la verdadera virtud reside en encontrar la mejor manera de expresar quienes somos a través de ellos.
A menudo vemos al destino como un carcelero del que queremos liberarnos, sin entender que en realidad todo es luz y todo es maestro. Más que un carcelero, el destino es un guía que nos enseña y cuya disciplina, una vez integrada, nos concede una libertad superior.
Establecer la consciencia es lo que nos permite ser a imagen y semejanza del cosmos. En esta consciencia, podemos llegar a ponernos la corona de nuestra alma, coronándonos como reyes en nuestro propio reino interior. La maestría se manifiesta en la materia; los reyes se coronan en esta realidad tangible. La quinta esencia está aquí y ahora, presente en cada momento de existencia.
El mago conjura en su alma, buscando conciliar todas las paradojas cósmicas. En esa reconciliación radica su verdadero poder. El mago, al igual que el astrólogo, no solo observa y comprende, sino que también integra y transforma, revelando la profunda unidad entre el ser y el universo.
La astrología no es una ciencia en el sentido actual de la palabra. Pero si lo es según la antigua definición, es una ciencia de la vida en el sentido más amplio posible. La posición de los planetas en el momento de tu nacimiento no es la causa de que seas como eres. Es un reflejo de lo que eres por que el universo y tu sois uno. Así que en esencia es una técnica para observarnos a nosotros mismo en el espejo, si usamos la astrología como una técnica de auto realización, y como tal, debido a que es transpersonal, resulta de una forma de interpretación que no depende de ego ni de la estructura de personalidad del sujeto. Ayuda a que las personas se puedan ver a sí mismas de un modo más amplio. Con esta herramienta enfocada en el autoconocimiento no predecimos el futuro, predecimos el futuro potencial. Porque una vez comprendemos que no somos juguetes del universo, nos convertimos en los jugadores.
Robert Hand