Somos un instante del cielo, fugaz y etéreo;
Somos parte del cosmos, en la eterna realidad;
En cada latido, en cada aliento, palpita el infinito.

Somos chispas divinas y en el abrazo del tiempo;
Somos la eternidad;
Somos luz, en la vasta oscuridad.

Somos un suspiro del cosmos, en su eterno resplandor;
En el lienzo del universo, somos parte de su amor;
En cada instante efímero, encontramos la divinidad.

Somos nuestro propio universo;
Somos la medida de todas las cosas;
Somos la sutil y etérea sustancia de los sueños.

Somo partículas de la Divinidad y llevamos en el corazón polvo de estrellas;
Subimos cuestas incansables para encontrar las recompensas de la vida;
No importa las cuestas que tengamos que subir, si la meta es el amor.

Se Luz,
Se Amor.